miércoles, 23 de diciembre de 2009

Carta



"Queridos abuelos como estay. Yo bien con un calor de miedo. Por favor dile a la tita Irene que me mande carta ¡ que no me escribe nadie!. Bueno no quiero ser agusona pero hace casi 1 mes y medio que me dijo que dentro de 2 semanas me escribiria.
Sabes que a mi gato lee puesto hoy un zapato de muñeca y estaba muy cracioso teniay que aberlo visto. Sabey antes de ayer se me quito la otiti con eso duele mucho el oydo y me tengo que tomar unantibiotico a la 12 mañana y a la 12 de la noche.
Bueno me voy adios. Firma: Ana"


Por pura casualidad llega esta carta hoy a mis manos. Seguramente para recordarme que ya no digo agusona, ni le pongo zapatos a los gatos, aunque siga despidiendome así de rápido.
Al final va a ser verdad que los momentos se transforman en recuerdos, y que los años pueden ir guardándose en cajas de latón.




martes, 22 de diciembre de 2009

De segunda cifra un ocho

Farolas

Los niños de San Ildefonso me han colocado un ocho
Pero yo lo estoy empujando para tumbarlo
Un uno y un ocho tumbado, esa es la edad con la que me quiero quedar

imperecedera, irreductible




Por este hacerse mayor sin delicadeza...





lunes, 7 de diciembre de 2009

A la moda

www.elpicodelaventana.blogspot.com


El catalejo no tiene esperanza, y la pata de palo ya no asusta.
El parche en el ojo lo imitan los más jóvenes, y aunque él no lo entiende, ser pirata está de moda.
Los barcos ya no se pueden perder, ni quieren (a menos que esté programado de antemano), y el índice de islas desconocidas cae decrepitosamente.
Ya no hay mensajes en botellas porque ahora el cristal es biodegradable. Y mejor, porque sería penoso leer lo que tienen que decir esos piratas de mentirijilla.
Él lleva una pata de palo porque no tiene pierna, un catalejo porque está al acecho, y el parche se lo quita sólo en la intimidad.
Le da igual contaminar un poco el mar, porque tiene cosas importantes que decir,
y el día que encuentre una isla ya no lo compartirá con nadie.



No vais a llegar nunca a Ítaka, y lo más lamentable es que no sabéis ni dónde está Ítaka.



MmP.