Anoche en el bar, a tan sólo tres taburetes de mí,
hallé al chico con el que leeré el periódico en la cama.
De repente, entró una mala pécora, y con un beso,
le hizo olvidar lo que en realidad deseaba:
una mujer como yo.
Manuel Lopez Muñoz
(No puedo dejar de repetir la canción)