jueves, 17 de abril de 2008

uno

A las gafas se les frunció el ceño, y por primera vez no pudieron disimular que también ellas se deslumbran por el sol, que también ellas se derrumban.
Y yo estoy aquí, sentada en el pico de la ventana, con la cabeza apoyada sobre mis pies, oyendo una y otra vez la cancion. Estoy aquí, en la esquina de la ventana, disimulando, como si no me hubiera dado cuenta de que el tiempo está corriendo y que el cielo se ha vuelto rojizo. Sigo aquí, contemplando el baile de las nubes, escuchando la cancion.Y no sé qué haré cuando anochezca, cuando se gasten los ultimos rayos. No sé que haré cuando se levante la brisa de la noche y quiera cerrar la ventana, no sé si podré aguantar en el pico, o si me tirará.
Estoy aquí, con las piernas recogidas...



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