Cada vez que lo miraba, varias veces al día, cerraba los ojos con pesadumbre, dejaba salir el aire residual de mis pulmones y giraba un poco la cabeza.
En contra de mi voluntad, y por mi culpa, me ataba con unas pesadas cadenas invisibles al piso del mejor sótano. Bien a ras del suelo.
Sentía su mirada en mi nuca, pesándome como una montaña de plomo; su prepotente pestañear, que se atrevía a susurrarme en los oídos.
Al roce de mi espalda con su aliento me sentía arder en llamas, para quedarme luego tan gélida, tan extraña.
Se cansó de causarme estupor y trabajó escrupulosamente hasta que consiguió asustarme, su perfecta personalidad...
Fue por ello por lo que me atreví a coger el lápiz y mancharlo todo contándolo.
Sólo hay algo peor que quedarse vacío para llenarse de racionalidad,
y es ser consciente de ello.
_Madamme folios en blanco
En contra de mi voluntad, y por mi culpa, me ataba con unas pesadas cadenas invisibles al piso del mejor sótano. Bien a ras del suelo.
Sentía su mirada en mi nuca, pesándome como una montaña de plomo; su prepotente pestañear, que se atrevía a susurrarme en los oídos.
Al roce de mi espalda con su aliento me sentía arder en llamas, para quedarme luego tan gélida, tan extraña.
Se cansó de causarme estupor y trabajó escrupulosamente hasta que consiguió asustarme, su perfecta personalidad...
Fue por ello por lo que me atreví a coger el lápiz y mancharlo todo contándolo.
Sólo hay algo peor que quedarse vacío para llenarse de racionalidad,
y es ser consciente de ello.
_Madamme folios en blanco
1 comentario:
G
u
a
u
Cómo te echo de menos.
Publicar un comentario