miércoles, 25 de junio de 2008

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Carrete nº 7
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Qué te voy a contar a tí, si sabrás mejor que yo lo bonitas que son las tardes de junio, sobre todo los primeros días del mes. Entre las ocho y las nueve se levanta una brisa, milimetrada para que el vello de los brazos se ponga de punta, y tu pelo bien peinado deje algún que otro mechón rezagado.
El cielo se pone de color dorado, rojo, y azul, todo eso a la vez, y el sonido de los pájaros te baja la tensión, hasta dejarte en un punto en el que sólo sabes estar acostado, sonriendo, rogando que se levante un poco más de aire, para que puedas oir el roce de las hojas unas con otras, abrazándose en la copa de sus árboles, bailando en el punto más alto de un álamo, de un pino, o del precioso cerezo que sabes que tanto me gusta.

Luego te da un poco de frío, y la sensación al ponerte una chaqueta hace que incluso te rias, pensar en otro momento de acongoja, y el calor de tu chaqueta, viendo todo cómo sigue su curso, te embriaga.

Qué te voy a contar a tí, la naturaleza está muy bien diseñada.


mADAMMe Parapluffffffffffffff!


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